lunes, 6 de octubre de 2008

Medicina en forma de sonrisas


Los medicamentos, cuando son necesarios, son necesarios। Nada más lejos de pensar otra cosa। Pero, ¡qué bién viene una sonrisa cuando se está enfermo! Y, si no, que se lo digan a Elena, una pequeña de 9 años, ingresada en el Hospital Niño Jesús a cuenta de una fibrosis quística


«¡Hola, ya estoy aquí!». Es el saludo de Mariano justo en el momento de abrir la puerta de la habitación. A ella se le enciende la mirada; se le ilumina el rostro. Acaba de entrar su amigo especial. Ese payaso que, cada tarde que ella no puede ir al teatro del centro hospitalario porque está muy cansadita, él la visita en su habitación. Todito en su honor, para que se recupere mejor.
Mariano Bes Sevil lleva años haciendo felices a los niños ingresados en este hospital madrileño. Nació hace 48 años en Samper de Calanda (Teruel), está casado, tiene dos hijos y no hay cosa que más alegría le dé que la sonrisa de un niño. «Soy payaso profesional, de los «cara blanca», del circo de toda la vida. Tardo mucho en maquillarme, casi una hora. Pero aquí, en el hospital, procuro no pasarme con las pinturas para que los críos no se asusten ni se impresionen».

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