La medicina egipcia es una de las más antiguas de la Historia. Herodoto definía esta región como «tierra fecunda que produce gran abundancia de drogas, unas son remedios y otras venenos, país de médicos, los más sabios del mundo». No en vano el arte de sanar que se practicaba por aquel entonces se servía de plantas y compuestos vegetales que, actualmente, han demostrado ser curativos y servir para paliar ciertas dolencias y enfermedades.
Ciertamente, no podemos olvidar el peso que tenían la religión y la magia en esta civilización. De hecho, muchos diagnósticos derivaban hacia espíritus malignos y maldiciones de los dioses. No obstante, los estudios arqueológicos e históricos han demostrado que los egipcios tenían un gran conocimiento medicinal que aprendían a partir de experiencias objetivas. Aunque el sentido fuera religioso o divino, las prácticas que se realizaban eran, ante todo, científicas.
Este pueblo llamaba a los médicos Sun-Nu, que significaba 'el hombre de los que sufren o están enfermos'. En la época de los faraones, este colectivo tenía mucha libertad para investigar el efecto de las plantas que crecían en los alrededores del Nilo.
Muchos historiadores relacionan esta preocupación por la medicina con las pirámides. La construcción de estos monumentos reunía durante un largo tiempo a cerca de veinte mil trabajadores. El peligro de epidemias era inmensamente alto y cuando alguien enfermaba era primordial sanarlo.
Así, los faraones solían repartir cebollas a sus trabajadores. A día de hoy se sabe que su jugo es un agente antibacteriano eficaz contra infecciones, pero la pregunta es: ¿cómo lo sabían ellos? Por otro lado, el sarcófago de Tutankamon se descubrió rodeado por un collar vegetal. Se ha demostrado que estas plantas eran curativas y algunas de ellas servían para combatir alergias, dolencias y enfermedades. Parece sensato pensar que estaba allí para que el faraón tuviera una segunda vida con mejor salud.
Abuelos de los fármacos
Otras plantas que también eran utilizadas con fines médicos fueron la Cymbopogon proximus, como remedio contra las piedras en el riñón y los cólicos nefríticos. Este compuesto se vende en la actualidad como Proximoly y es un efectivo medicamento para las afecciones renales. La planta Corchorus oliterius también era muy utilizada por los sanadores egipcios, y de ella se extraen glicósidos que se utilizan contra los problemas de insuficiencia cardiaca. Y estos son sólo algunos ejemplos.
Los egiptólogos han rescatado diversos papiros con recetas y remedios curativos, muchos de ellos a modo de conjuros pero que, realmente, usaban plantas medicinales. Como por ejemplo el hallado por George Ebers: data de 1.550 años antes de Cristo, y es considerado como un tratado medicinal. En su contenido hay gran cantidad de esquemas de anatomía y fisiología del corazón y de los vasos. Es un trabajo que demuestra el conocimiento que tenían sobre los movimientos del corazón: describen los 48 vasos que se distribuyen por todo el organismo, analizan su actividad y hacen referencia a casi siete mil sustancias medicinales.
El papiro de Ebers constituye una recopilación de las más diversas disciplinas médicas, medicina interna, oftalmología, dermatología, ortopedia, afecciones de la cabeza (lengua, dientes, nariz, oídos); hay datos anatómicos, patológicos y fisiológicos con explicaciones de cada enfermedad y su terapia, descripciones de enfermedades quirúrgicas como el carbunco, ganglios tuberculosos, fístulas, hemorroides, tumores, hernias, hidroceles y varices.
Otro caso, el papiro de Edwin Smith, es de contenido quirúrgico e incluye descripciones y detalles de afecciones relatadas con una extraordinaria precisión: heridas, fracturas óseas, luxaciones, quemaduras, abscesos, tumores que se pueden producir de la cabeza a los pies, descripción de instrumental quirúrgico, etcétera. Este documento es considerado como un tratado de Cirugía de Urgencia.
Honor a los muertos
Igualmente, los egipcios también aprovechaban su amplio conocimiento científico para rendir homenaje a los muertos. Las técnicas que usaban para el embalsamamiento y la momificación de los cadáveres demuestra que eran uno s grandes conocedores de la anatomía humana, conocían los órganos y la utilidad que tenían.
Por todo ello la cultura egipcia presenta una gran paradoja, a pesar de haber pasado a la historia como una de las civilizaciones más religiosas y más influenciada por la creencia en la magia, también fue una de las sociedades pioneras en la práctica y el uso de la ciencia como herramienta para mejorar la vida y la salud
Ciertamente, no podemos olvidar el peso que tenían la religión y la magia en esta civilización. De hecho, muchos diagnósticos derivaban hacia espíritus malignos y maldiciones de los dioses. No obstante, los estudios arqueológicos e históricos han demostrado que los egipcios tenían un gran conocimiento medicinal que aprendían a partir de experiencias objetivas. Aunque el sentido fuera religioso o divino, las prácticas que se realizaban eran, ante todo, científicas.
Este pueblo llamaba a los médicos Sun-Nu, que significaba 'el hombre de los que sufren o están enfermos'. En la época de los faraones, este colectivo tenía mucha libertad para investigar el efecto de las plantas que crecían en los alrededores del Nilo.
Muchos historiadores relacionan esta preocupación por la medicina con las pirámides. La construcción de estos monumentos reunía durante un largo tiempo a cerca de veinte mil trabajadores. El peligro de epidemias era inmensamente alto y cuando alguien enfermaba era primordial sanarlo.
Así, los faraones solían repartir cebollas a sus trabajadores. A día de hoy se sabe que su jugo es un agente antibacteriano eficaz contra infecciones, pero la pregunta es: ¿cómo lo sabían ellos? Por otro lado, el sarcófago de Tutankamon se descubrió rodeado por un collar vegetal. Se ha demostrado que estas plantas eran curativas y algunas de ellas servían para combatir alergias, dolencias y enfermedades. Parece sensato pensar que estaba allí para que el faraón tuviera una segunda vida con mejor salud.
Abuelos de los fármacos
Otras plantas que también eran utilizadas con fines médicos fueron la Cymbopogon proximus, como remedio contra las piedras en el riñón y los cólicos nefríticos. Este compuesto se vende en la actualidad como Proximoly y es un efectivo medicamento para las afecciones renales. La planta Corchorus oliterius también era muy utilizada por los sanadores egipcios, y de ella se extraen glicósidos que se utilizan contra los problemas de insuficiencia cardiaca. Y estos son sólo algunos ejemplos.
Los egiptólogos han rescatado diversos papiros con recetas y remedios curativos, muchos de ellos a modo de conjuros pero que, realmente, usaban plantas medicinales. Como por ejemplo el hallado por George Ebers: data de 1.550 años antes de Cristo, y es considerado como un tratado medicinal. En su contenido hay gran cantidad de esquemas de anatomía y fisiología del corazón y de los vasos. Es un trabajo que demuestra el conocimiento que tenían sobre los movimientos del corazón: describen los 48 vasos que se distribuyen por todo el organismo, analizan su actividad y hacen referencia a casi siete mil sustancias medicinales.
El papiro de Ebers constituye una recopilación de las más diversas disciplinas médicas, medicina interna, oftalmología, dermatología, ortopedia, afecciones de la cabeza (lengua, dientes, nariz, oídos); hay datos anatómicos, patológicos y fisiológicos con explicaciones de cada enfermedad y su terapia, descripciones de enfermedades quirúrgicas como el carbunco, ganglios tuberculosos, fístulas, hemorroides, tumores, hernias, hidroceles y varices.
Otro caso, el papiro de Edwin Smith, es de contenido quirúrgico e incluye descripciones y detalles de afecciones relatadas con una extraordinaria precisión: heridas, fracturas óseas, luxaciones, quemaduras, abscesos, tumores que se pueden producir de la cabeza a los pies, descripción de instrumental quirúrgico, etcétera. Este documento es considerado como un tratado de Cirugía de Urgencia.
Honor a los muertos
Igualmente, los egipcios también aprovechaban su amplio conocimiento científico para rendir homenaje a los muertos. Las técnicas que usaban para el embalsamamiento y la momificación de los cadáveres demuestra que eran uno s grandes conocedores de la anatomía humana, conocían los órganos y la utilidad que tenían.
Por todo ello la cultura egipcia presenta una gran paradoja, a pesar de haber pasado a la historia como una de las civilizaciones más religiosas y más influenciada por la creencia en la magia, también fue una de las sociedades pioneras en la práctica y el uso de la ciencia como herramienta para mejorar la vida y la salud