martes, 27 de mayo de 2008

Gemelas, 28 años después

EP. LAS PALMAS DE GRAN CANARIA.
Un error médico en la sala de incubadoras del antiguo hospital Nuestra Señora del Pino en Las Palmas de Gran Canaria en marzo de 1973 separó a unas hermanas gemelas, que se conocieron por casualidad 28 años después, cuando una amiga de una de ellas se tropezó con la otra hermana en un centro comercial y la confundió al ser prácticamente idénticas.

"La vida siendo tan hermosa, se vuelve a veces solo una patética historia de hiel" (Abel Desestress)

Todo ocurrió cuando esta segunda hermana acudió en el año 2001 a un establecimiento donde trabajaba una amiga de la otra hermana y cliente del abogado que explicó este suceso a Europa Press, ya que las dos protagonistas prefieren permanecer en el anonimato. A esta amiga le pareció extraño que la chica, al pedirle una prenda de ropa, no la saludara.
Posteriormente, esta última se puso en contacto con la otra gemela y ella negó que hubiera ido a comprar ninguna vestimenta. Días después, la hermana gemela apareció nuevamente por la tienda para devolver una prenda y en ese momento la chica la retuvo y le preguntó sobre su identidad.
Como dos gotas de agua
El asombro fue tan grande que la chica decidió proponer un encuentro en el que descubrieron que eran como dos gotas de agua y empezaron a preguntarse datos sobre en qué centro hospitalario habían nacido y en qué fecha y llegaron a la conclusión de que nacieron el mismo año, aunque una de ellas nació con tres días de diferencia en el Hospital Nuestra señora del Pino en 1973.
A su clienta le propusieron hacerse la prueba del ADN, pero ésta se asustó por «la trascendencia familiar que podía conllevar» y quería «seguir viviendo como hasta ahora». Sin embargo, en el año 2004 «esa incertidumbre y un cúmulo de casualidades» le crearon un «cuadro serio de ansiedad» que le obligó a someterse a la prueba y «pasó lo que tenía que pasar», según Sebastián Socorro, que destacó que el resultado fue que «no sólo genéticamente son hermanas gemelas sino también que son idénticas, pues los parámetros genéticos de una y otra son los mismos». Por tanto, eran hermanas gemelas en una similitud del 99, 99%.
Las pruebas cambiaron el destino de dos familias, pues se determinó que las hermanas gemelas naturales efectivamente habían nacido el mismo día mientras que la tercera hermana no biológica de una de ellas fue la que nació con tres días de diferencia, pero al hacer el intercambio de bebés a la cliente de Socorro le pusieron la fecha de nacimiento que no era.
Exigir responsabilidades
En ese momento, las tres chicas decidieron exigir responsabilidades y formularon una reclamación ante la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias por «responsabilidad patrimonial» de la administración por funcionamiento anormal de la administración sanitaria pública.
Sin embargo, desde el primer momento la administración mostró, según el letrado, «una desidia y dejadez total». Por ello, su clienta decidió interponer un recurso contencioso administrativo por silencio negativo en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 3 de Las Palmas de Gran Canaria.
Así, el abogado reclama tres millones de euros a la administración para su cliente (hermana biológica separada) basándose en «el daño que se ha causado de carácter moral porque ha afectado a la propia dignidad personal por la mala praxis de la administración, que ha interferido en el desarrollo personal y familiar» de su cliente, quien, a raíz del descubrimiento estuvo sometida durante años a tratamiento psicológico especializado.
Más allá del daño psicológico
El abogado subraya que «no es sólo el daño psicológico» causado a la mujer, que en la actualidad tiene 35 años, sino que «se le ha privado de relacionarse con su familia biológica, hecho que se agrava debido a que el padre biológico falleció antes del descubrimiento parental», lo que se suma a la «pérdida del apoyo de su hermana genética» en todo este tiempo y la «crítica e indeseable situación que soporta» su cliente con la que creía su familia biológica.
«Ojalá esto no hubiera pasado», afirmó el abogado en palabras de su cliente, quien desea que «este calvario termine cuanto antes», al tiempo que preferiría «haber seguido engañada, ya que así hubiera seguido siendo feliz».
Ella aseguró, según su abogado, que «es imposible recuperar el tiempo perdido» y le es «incapaz» de llamar a su madre biológica «mamá», así como mantiene una relación de amistad con su hermana genética. «Es una situación forzada e indeseada que le ha creado un conflicto familiar, personal y laboral», manifestó.
El letrado argumentó los hechos en «una metedura de pata de la administración» sanitaria canaria con el resultado de la incorrecta identificación de tres niñas una vez entregadas a sus padres.
Por ello, criticó la «falta de delicadeza y actuación y de dedicación frente al problema por parte de la administración, que en ningún momento ha reconocido el error ni ha querido dar una solución al problema». Además, la administración mantiene, según el abogado, que «el funcionamiento fue correcto» dentro del centro hospitalario.
Agregó que Sanidad deja entrever «que si hubo algún tipo de manipulación fue por parte de los progenitores fuera del centro hospitalario» y la administración ha cifrado en setecientos euros la indemnización en caso de que el juez falle una supuesta negligencia médica con daños morales a las afectadas.

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